martes, 29 de noviembre de 2011

"Johnny culpable"


Según los psicólogos la culpa es la diferencia entre lo que hice y lo que debería haber hecho, entre lo que quiero y lo que debería hacer.
Una de las acepciones del diccionario de la RAE define la culpa como:
Acción u omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado.

Dice un texto firmado como anónimo que “De noventa enfermedades, cincuenta son producidas por la culpa y las otras cuarenta por la ignorancia”.

Vivir con culpa es vivir preso en la mayor de las cárceles.  La culpa es una de las emociones más  negativas. La culpa nos bloquea. También es una de la que más se usa para manipular a los otros.
En nuestro día a día, existen personas especialistas en buscar culpables. De la misma manera que existen otros que, aun no siéndolo, se autoproclaman como culpables de todo lo que les acontece. Se busca una víctima. Es necesario identificar una cabeza que llegado el momento podamos cortar.

Quiero centrarme en la persona que se carga con todas las culpas. Las asume, las hace suyas. Nos han educado en ser siervos de nuestros amos. Asumir lo que nuestros padres nos dicen desde pequeños. Cargándonos de un montón de culpas. Debemos servir a nuestros jefes y acatar todas sus órdenes y comentarios. 
Existen personas que olvidan lo que sienten, lo que necesitan, simplemente callan. Día tras día llegan a sus oídos mensajes que les provoca un mayor sentimiento de culpa.  Lo que les lleva a bloquearse y con el tiempo a sufrir depresión.

La palabra culpa viene del latín “culpa” (falta, imputación). Los romanos tenían diferentes tipos de culpa.
-          Culpa en la elección
-          Culpa en la prestación de una obligación
-          Culpa por omisión
-          Culpa en la vigilancia
Al mismo tiempo tenían diferentes medios de medir la culpa.
-          Culpa considerada de modo abstracto
-          Culpa considerada concretamente
-          Falta grave
-          Falta leve
Las penas iban de acordes a la falta
-          La ofensa exige una repulsa proporcional
          -          Cuanto mayor es la culpa más grave debe ser la pena
-          Donde no hay culpa, tampoco debe haber pena.
En ocasiones las cortes romanas se equivocaban y proclamaban:
“Ser inocente es el mayor consuelo”.

En cada uno de nosotros está el declararnos “inocentes”.  Podemos  “echar la culpa” a otros, a la situación actual, a la vida que me ha tocado,… Sin embargo, cada persona tiene el poder para liberarse de ese castigo de sentirse culpable.
En el momento que la persona propensa a sentirse culpable de todo, deposita el poder que tiene sobre sus propias emociones en los demás, permite a ellos que terminen controlando cómo se va a sentir o qué es lo que terminará haciendo.

Nadie tiene derecho para ser el dueño de la vida de otro. Nos educan para servir a los demás, para agradar a los otros, para encargarnos responsabilidades que no son nuestras.
De esta manera ¿cómo no escapar a la sensación de culpa?

Es importante tener claro que solo somos responsables de nuestra propia vida, solo somos responsables de nuestras decisiones. Todos tenemos derecho a ser felices y a vivir sin culpa. Como seres humanos tenemos cosas buenas y otras no tanto.  Mira solo las buenas, conecta con ello y sigue adelante.

Libérate de esos mensajes negativos recibidos durante años y que has hecho tuyos, metiéndolos en la mochila y tirando de ellos ¿Alguna vez has soñado en lo cómodo que sería poder hacer el viaje sin ese peso? En tus manos está deshacerte de él.  Vacía tu mochila de culpas, ya sean propias o ajenas, y comienza a vivir.
Disfruta de lo que tienes, de lo que eres.

“La culpa no está en el sentimiento, sino que se halla en el consentimiento”
                                                                                      San Bernardo de Claraval

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