jueves, 19 de enero de 2012

Coaching: ¡¡Deseo necesitar!!


Toma un bolígrafo y escribe en un papel todas las cosas que deseas. No dejes ni una por escribir. Tómate tu tiempo. Sin prisas. Seguro que alguna se queda ahí guardada. Piensa.
¿Lo tienes? Perfecto.
Ahora, escribe al lado todas las cosas que necesitas. Lo mismo que antes, no te olvides de ninguna. Piensa. No tienes prisa. Lo importante ahora es dejar plasmado todas las cosas que necesitas. Escribe todas las cosas que necesitas.
¿Ya? Genial.

Cada vez que hago este ejercicio a mis coachees, se sorprenden de lo larga que es la lista de cosas deseadas y de lo corta, escasa, que es la lista de necesidades. En ocasiones hasta les cuesta escribir algo y suelen decirme: Juanma, si yo tengo de todo. No necesito nada. Otros utilizan la misma lista, cambiando la palabra deseo, por necesito. Por último están los que una vez realizada una larga lista de deseos, al pedirle que escriban la de las necesidades, empiezan a tachar deseos escritos dejándola reducida a menos de tres. Alguno borró la lista de deseos en su totalidad.

Comprobemos qué definición nos da el diccionario de ambos términos:

DESEAR.- “Aspirar con vehemencia al conocimiento, posesión o disfrute de algo”. 
NECESITAR.- “Carencia de las cosas que son menester para la conservación de la vida”.

En ocasiones usamos el deseo como medio para alcanzar la felicidad. Deseo tener una casa más grande y cuando la tenga, es cuando verdaderamente seré feliz. Casa, coche, mejor trabajo, más ropa más dinero, más relaciones sociales, el viaje más largo posible…

Si basamos nuestra felicidad en el cumplimiento o no de eso que deseamos, estaremos convirtiéndonos en esclavos de ellos. Si por el contrario, nuestra actitud es si se cumple me alegro y si no buscaré otras opciones, no nos lo jugamos todo a una única carta.

Como seres humanos necesitamos aire para respirar, comida para alimentarnos, ejercicio para nuestros músculos, dormir para descansar, amar y ser amados. Estas son las necesidades básicas. Con ellas cubiertas podemos vivir. Analizando bien cuáles serían las necesidades mínimas para vivir, serían estas.  No precisamos de más. Existen personas que son altamente felices cuando sienten que sus necesidades básicas están cubiertas. Incluso algunos lo son sin tener todas cubiertas. Mira la cara de algunas personas que aparecen en documentales de países subdesarrollados ¿No te ha extrañado nunca que sonrían con lo poco que tienen?

Las necesidades son finitas, los deseos no conocen límites. Nuestro ego está deseando ser gratificado y los deseos le dan esa recompensa. Al cumplir los deseos estamos alimentando nuestro ego. Cuánto más lo gratificamos, más quiere y eso nos lleva a estar deseando cosas constantemente, sin lograr nunca saciar nuestro ego, sin llegar nunca a lograr esa buscada felicidad.
Si habláis con personas relacionadas con el marketing, os dirán que su trabajo es satisfacer las necesidades del mercado. No comparto del todo esto. Ellos satisfacen o generan nuestros deseos. Y lo digo con conocimiento de causa.

Cuando basamos nuestra felicidad en el tener cubiertas nuestras necesidades físicas comprobamos que nos es más fácil mantenernos en estados de felicidad por más tiempo.  Me permito modificar una conocida frase:
           “No es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita”.        

Pensemos también en el ejemplo que transmitimos a nuestros hijos. Los niños son las máquinas perfectas de desear. Son insaciables ¿Cuántos desean algún juguete con unas ganas locas y en el momento que lo tienen, no solo no le hacen caso sino que ya están pidiendo otro? Desde qué punto queremos que crezcan ¿Valorando que sus necesidades están cubiertas y son felices por ello? ¿Desde la ansiedad de sentirse felices en base al cumplimiento de un deseo?

Dibuja ahora una balanza, la típica balanza de la que cuelgan dos platos. Esmérate en dibujarla pues a esa balanza la vas a llamar “Felicidad”. Sí, esa es tu Felicidad.  Pon el nombre encima de ella. Una vez dibujada pongamos nombre a los dos platos. Uno se va a llamar “Deseo” y el otro…efectivamente, el otro le vamos a llamar “Necesidad”.
¿Qué plato pesa más? ¿Deseo? ¿Necesidad?

Si el resultado no te gusta del todo… no te preocupes ¡Ocúpate!Estás a tiempo de cambiarlo. Solo tienes que necesitarlo.

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